“Accidente del buque Cuauhtémoc pudo ser ocasionado por errores de maniobras por parte del remolcador y fallas del propio puerto de NY”

Hoy se revela que el accidente del buque Cuauhtémoc pudo ser ocasionado por errores de maniobras por parte del remolcador y fallas del propio puerto de Nueva York. Siendo que el remolcador era un práctico de aquel puerto qué encima, tomó la decisión de sacar el navío marino de reversa. Los reportes dicen que la marea subió 8 metros y que la diferencia entre la altura de los mástiles y la marea atendía justo a esa diferencia.
En el contexto militar que depende estrictamente de las órdenes, cuando surgieron los problemas no se ordenó a la tripulación qué bajara de los mástiles y eso provocó la escena fatal. Encima hubo una falla en las máquinas del buque pues se dice que un cable que conectaba a la proa de la nave quedo desconectado y eso hizo imposible detenerlo. Tan es así, que se analiza en este momento la posibilidad de que el Consulado de México en Nueva York contrate servicios legales para proceder legalmente en contra de los encargados del puerto de Nueva York.
El senador estadounidense Chuck Schumer informó que el buque escuela mexicano Cuauhtémoc, que colisionó el 18 de mayo con el puente de Brooklyn en Nueva York, no contaba con la asistencia de un remolcador a pesar de las condiciones marítimas adversas que lo requerían.
En su declaración, Schumer también sugirió que el choque podría estar relacionado con una disminución de recursos y personal en la Guardia Costera de EE.UU., derivada de decisiones tomadas durante la presidencia de Donald Trump.
El senador neoyorquino advirtió que la falta de personal especializado podría haber reducido la capacidad de monitorear y asistir adecuadamente el tránsito de grandes embarcaciones en ríos como el East River.
«La información preliminar apunta a que el responsable del choque del Buque Escuela Cuauhtémoc contra el puente de Brooklyn fue el práctico del puerto de Nueva York, encargado de dirigir el remolcador que guiaba la embarcación mexicana.
Si esta versión se confirma, el accidente no solo cambia de tono, sino también de foco, deja de ser un cuestionamiento directo a la Marina Armada de México y se convierte en un caso de negligencia portuaria internacional.
Pero incluso si la responsabilidad recae fuera de nuestras fronteras, el incidente sigue siendo relevante para México, porque cuando se trata de símbolos como el Cuauhtémoc, cada maniobra, cada decisión y cada error se reflejan en la imagen nacional.
Ceder el control técnico a autoridades extranjeras es un protocolo habitual, pero no exime a nadie de supervisar con rigor ni de proteger con celo lo que se representa.
Este hecho nos recuerda que en aguas internacionales, los errores también son compartidos. Y que el prestigio –construido por décadas en altamar– puede tambalearse en segundos si no se acompaña de una reacción inmediata, clara y digna.
La Marina ha hecho bien en mantener la prudencia, pero ahora debe exigir una investigación exhaustiva y, si corresponde, una disculpa pública por parte de las autoridades portuarias neoyorquinas.
El Cuauhtémoc no solo transporta marinos, lleva consigo la bandera, la historia y el respeto de una nación. Que haya sido mal dirigido en aguas ajenas no es excusa, sino llamado a proteger con mayor celo lo que representamos en el mundo.»
Por AGENCIAS