¡Aplausos para nuestro campo magnético que opone resistencia para protegernos de la radiación del sol!

¡Aplausos para nuestro campo magnético que opone resistencia para protegernos de la radiación del sol!

Internacional.- Nuestro planeta posee un campo magnético natural, también llamado campo geomagnético.

En el centro de nuestro planeta hay hierro fundido (por las altas temperaturas). Debido a la rotación terrestre, este líquido metálico está en constante movimiento, formando una corriente eléctrica (al moverse el metal, se mueven los electrones que lo componen).

Esta corriente es la que produce el campo magnético terrestre que es tan intenso que escapa de la superficie de la Tierra.

El campo magnético terrestre cumple un rol importantísimo ya que desvía radiaciones muy peligrosas para los seres vivos que sin el campo magnético terrestre, la atmósfera sería destruida por rayos cósmicos.

En palabras más comprensibles para todos, las auroras boreales rojas indican que la protección del campo magnético de la tierra contra la radiación cósmica ha sido superada.

Las auroras rojas se producen por las llamadas tormentas geomagnéticas provocadas por una erupción o llamarada solar. El denominado «viento solar» llega a la Tierra en 52 horas y provoca perturbaciones temporales en la magnetósfera terrestre.

El color rojo es por el efecto del viento solar y su impacto con la capa más alta de la atmósfera terrestre.

¿Qué son las auroras boreales y australes?

El astrónomo italiano Galileo Galilei acuñó el término aurora en 1619 en honor a la diosa romana del amanecer, creyendo erróneamente que se trataba del reflejo de la luz solar en la atmósfera.

En realidad, tanto la aurora boreal como la austral se deben a la interacción de los gases de la atmósfera terrestre con el viento solar, una corriente de partículas cargadas eléctricamente, llamadas iones, que salen disparadas del sol en todas direcciones.

Cuando el viento solar llega a la Tierra, choca contra el campo magnético del planeta, produciendo corrientes de partículas cargadas que fluyen hacia los polos. Algunos de los iones quedan atrapados en una capa de la atmósfera llamada ionosfera, donde chocan con átomos de gas (principalmente oxígeno y nitrógeno) y los «excitan» con energía extra. Esta energía se libera en forma de partículas de luz o fotones.

REDES/AGENCIAS

Redacción

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