Putin lanza aplicación estatal para reemplazar WhatsApp y Telegram en Rusia

El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó una nueva ley que autoriza la creación de una aplicación de mensajería estatal con capacidades integradas de servicios gubernamentales. La medida forma parte de una estrategia más amplia para reducir la dependencia de plataformas extranjeras como WhatsApp y Telegram, y avanzar hacia una soberanía digital plena.
Desde la promulgación de la Ley de Internet Soberano en 2019, el Kremlin intensificó sus esfuerzos para controlar la infraestructura digital del país. Tras la invasión de Ucrania en 2022, se fortaleció un marco legal restrictivo y se ampliaron las capacidades de vigilancia y regulación en el entorno en línea.
El objetivo de esta iniciativa es dual: independencia tecnológica y control estatal de la información. Iniciativas clave de este enfoque incluyen el programa Economía Digital, con un presupuesto de 18 mil millones de dólares (2019-2024), la red nacional RuNet, diseñada para aislar internet localmente, y una constelación de satélites en órbita baja que proveerá internet en Rusia y países aliados para 2027.
El eje tecnológico de este nuevo movimiento es Max, una “superapp” desarrollada por el gigante tecnológico VK (Vkontakte), presentada en versión beta en marzo de 2025. Inspirada en la china WeChat, Max fusiona funciones de mensajería, pagos, integración con servicios públicos, firma electrónica y herramientas empresariales, buscando centralizar diversas actividades para los usuarios.
Sus características incluyen el intercambio de archivos de hasta 4 GB, llamadas optimizadas para redes inestables, un constructor de chatbots, miniaplicaciones para servicios y la capacidad para firmar documentos dentro de la misma aplicación. Inicialmente, Max está disponible en iOS, Android, Windows y macOS, aunque solo para usuarios con números telefónicos de Rusia o Bielorrusia.
En junio de 2025, Putin emitió una directiva que obliga a los servicios públicos a migrar a Max. El objetivo es consolidar funciones ciudadanas como trámites, interacción con autoridades, pagos e identidad digital en una sola plataforma, buscando una mayor eficiencia y control gubernamental sobre las interacciones digitales.
La ley establece que los usuarios podrán colocar firmas electrónicas legalmente válidas a través de Max, lo que reducirá tiempos de espera y facilitará procesos administrativos. Entre las funciones previstas se incluyen notificaciones similares a SMS y WhatsApp, flujos de trabajo automatizados, control de accesos y jerarquías organizacionales, personalización visual institucional e integración con bases de datos gubernamentales para verificación de identidad.
Aunque VK afirma que Max es un producto independiente de sus otras redes como Vkontakte u Odnoklassniki, las dudas sobre su neutralidad aumentan. Esto se debe a que la empresa ha sido dirigida desde 2021 por Vladimir Kiriyenko, hijo de Sergei Kiriyenko, uno de los principales funcionarios del Kremlin, lo que genera cuestionamientos sobre la autonomía de la aplicación.
La inversión inicial de VK en Max fue de aproximadamente mil millones de rublos (11 mil 800 millones de dólares), a pesar de que la compañía reportó una pérdida neta de 95 mil millones de rublos (más de mil 100 millones de dólares) en 2024. Este dato económico plantea interrogantes sobre la viabilidad financiera del proyecto a largo plazo y la prioridad que el estado le otorga.
Max no es solo una aplicación de mensajería. En la visión del Kremlin, representa una pieza clave para redefinir la forma en que los ciudadanos rusos interactúan con el Estado y con la tecnología, todo bajo vigilancia e infraestructura propia.
Si el plan se ejecuta como está previsto, Rusia podría convertirse en uno de los primeros países en implementar una plataforma de comunicación masiva estatal con integración total de servicios gubernamentales, desplazando aplicaciones extranjeras y consolidando el control digital desde el poder central.
Por AGENCIAS