El misterio de la chica de la Edad de Bronce que llevaba una vida moderna

El misterio de la chica de la Edad de Bronce que llevaba una vida moderna

Los restos de una joven de alto rango conocida como la muchacha de Egtved demuestran que viajó mucho y nos dan pistas sobre la vida en la Edad de Bronce. Lleva ropa de lana bien conservada y un cinturón de bronce que simboliza el sol. 

A pesar de que murió hace casi 3500 años, la historia de la muchacha de Egtved resulta sorprendentemente moderna.

Nuevos análisis de los restos de esta mujer de la Edad de Bronce, que fueron desenterrados en Dinamarca en 1921 en buen estado de conservación, indica que nació en otro lugar y que viajó mucho durante toda su vida.

Lejos de ser una mujer de su casa, la muchacha de Egtved representa una especie de cosmopolitismo itinerante.

“Hoy nos consideramos a nosotros mismos como un pueblo muy evolucionado, como si la globalización fuese algo nuevo”, explica Karin Frei, arqueóloga del Museo Nacional danés y principal autora del estudio, publicado en Scientific Reports. “Pero cuanto más estudiamos la prehistoria, más cuenta nos damos de que ya éramos globales”.

Karin Frei se especializa en el análisis de pequeñas variaciones en la composición molecular del estroncio, un elemento de amplia distribución en las rocas terrestres y que se acumula en los tejidos vegetales y animales. Su composición difiere de un lugar a otro, lo que da lugar a unas señales características del área de origen a las que Frei describe como una especie de «GPS geológico».

Comparando la señal geológica del estroncio de la muchacha de Egtved con otras señales de distintas zonas de la Europa noroccidental, fue posible determinar dónde había vivido en distintos momentos de su vida.

La señal geológica del estroncio de su esmalte dental, que se deposita en la infancia y no cambia una vez formado, nos indica que nació en el suroeste de la Alemania actual, a unos ochocientos kilómetros de distancia.

Es difícil precisar la ubicación exacta, pero las fibras de lana de su ropa ―un conjunto de blusa y falda con un estilo sorprendentemente actual―parecen originarias de la Selva Negra alemana.

“Es una figura importante para la identidad danesa, algo que se estudia en el colegio”, explica Frei. “Y sí, se encontró en Dinamarca, pero era una mujer internacional”.

Al analizar su cabello y una uña, que contienen el estroncio acumulado durante los dos últimos años de su vida, podemos saber que realizó dos viajes entre Dinamarca y su lugar de origen.

La vida en la Edad de Bronce 

Es imposible saber con exactitud por qué viajaba la joven de Egtved, pero la Edad de Bronce fue una época en la que se ampliaron las alianzas entre líderes. Frei cree que la muchacha de Egtved, que tenía entre dieciséis y dieciocho años cuando murió, iba a casarse para sellar una alianza y quizá fomentar el comercio.

El estudio “hace que surjan cuestiones sobre la escala de los sistemas sociales y la naturaleza de los contactos a larga distancia y los viajes en la Edad de Bronce”, explica Jonathan Last, experto en la época de Historic England.

MÁS DATOS

La chica Egtved (1390-1370 a. C.) fue una chica nórdica de la edad de bronce cuyos restos bien conservados fueron descubiertos fuera de Egtve, Dinamarca en 1921. De 16-18 años al morir, era delgada, 1.6 m de altura, tenía pelo corto, rubio y uñas bien cortadas. Su entierro ha sido fechado por dendrocronología en 1370 a. C.

En el ataúd, la chica estaba envuelta en una piel de buey. Llevaba una túnica suelta y corta con mangas llegando al codo. Tenía la cintura desnuda y llevaba una falda corta. Tenía pulseras de bronce, y un cinturón de lana con un gran disco decorado con espirales y una estaca. A sus pies estaban los restos cremados de una niña de 5 a 6 años. Por su cabeza había una pequeña caja de corteza de abedul que contenía un punzón, alfileres de bronce y una red para el pelo.

Antes de que el ataúd fuera cerrado, ella estaba cubierta con una manta y una piel de buey. Se colocaron encima un yarrow florecido (que indica un entierro de verano) y un cubo de cerveza hecho de trigo, miel, mirto de pantano y cowberries. Su distintivo atuendo, que causó sensación cuando fue desenterrado en la década de 1920, es el ejemplo mejor conservado de un estilo ahora conocido por ser común en el norte de Europa durante la Edad del Bronce.

La buena preservación del traje de la Niña Egtved se debe a las condiciones ácidas del pantano del suelo, que es una condición común de este lugar.

AGENCIAS

Redacción