El modelo de masculinidad violenta es inculcado en los hombres desde la adolescencia, como sociedad debemos erradicarlo
Ropa de marca, fajos de billetes, carros de lujo y armas. Las redes sociales se han inundado en los últimos meses en México de videos en los que los usuarios tratan de mostrar vidas idílicas, que emulan los hábitos asociados a la cultura del narcotráfico sin pertenecer necesariamente a un grupo delictivo.
Influencias como la del corrido bélico —un subgénero musical que incorpora la violencia y las características de la música moderna al corrido— han renovado el panorama y la imagen que los jóvenes tratan de mostrar en sus cuentas. Todo ello, acompañado de una etiqueta: alucín.
Expertos consultados por este diario acerca del fenómeno afirman que la finalidad de esta tendencia es llamar la atención y que supone “una llamada de auxilio” por parte de la sociedad mexicana más joven. En algunos casos, los cárteles de drogas han perpetuado estereotipos de masculinidad asociados con la virilidad, la valentía y la fuerza física.
El modelo hegemónico de masculinidad trae riesgos implícitos para los seres humanos: mujeres, hombres y otras identidades. Eso se hace visible, por ejemplo, en la sobremortalidad de los varones en América Latina, y en las primeras causas de muerte masculina en nuestro país.
En México, a pesar de los feminicidios (al menos 11 mujeres al día), los varones tienen mayor probabilidad de morir más jóvenes en comparación con las mujeres.
Desde los 15 y hasta los 40 años las primeras causas de fallecimiento de los hombres mexicanos son: agresiones (peleas en la calle, golpearse, etcétera); accidentes de tránsito en vehículos conducidos mayoritariamente por ellos; enfermedad hepática relacionada con el consumo exacerbado de alcohol; y suicidio.
Esos motivos se relacionan con el género, con un modelo hegemónico de masculinidad que enseña que “ser hombre es equivalente a ser fuerte, arriesgado, temerario, enfrentar el peligro; aunque en la vida cotidiana eso tiene efectos nocivos para nosotros. Por eso es muy probable que muramos más jóvenes, por agredirnos o por no acudir al médico y así demostrar que uno resiste todo el tiempo”, recalca.
Por México Pragmático