La leyenda de Krampus el demonio de la Navidad
Proveniente del folclore alpino, el Krampus es una criatura demoníaca que emerge durante la época navideña, especialmente en las noche del 5 de diciembre, conocida como la Noche de Krampus. Según la leyenda, mientras San Nicolás recompensa a los niños buenos con regalos, Krampus se encarga de los traviesos, castigándolos con azotes, llevándolos en su saco o incluso arrastrándolos al inframundo.
Su apariencia es tan intimidante como su propósito: se describe como una figura mitad cabra y mitad demonio, con cuernos largos, piel peluda, colmillos afilados y una lengua roja y alargada. Lleva cadenas oxidadas y campanas que hace sonar mientras busca a sus víctimas, además de un manojo de ramas o un látigo para los castigos.
El origen de Krampus se remonta a tradiciones paganas precristianas, donde probablemente representaba un espíritu invernal encargado de mantener el orden. Con el tiempo, la Iglesia Católica intentó suprimir estas historias, pero el mito sobrevivió y se fusionó con la celebración cristiana de San Nicolás.
Hoy en día, el Krampus se ha convertido en un símbolo de la dualidad de las fiestas: alegría y terror, recompensa y castigo. En varias partes de Europa, como Austria, Alemania y Hungría, la tradición de las procesiones de Krampus sigue viva. Durante estas festividades, hombres disfrazados de Krampus desfilan por las calles, asustando a niños y adultos por igual.
En la actualidad, su popularidad ha trascendido fronteras, apareciendo en películas, libros y redes sociales. Es una figura que nos recuerda que incluso en las épocas más festivas, siempre hay un toque de oscuridad que no debemos ignorar.
El Desfile de Krampus: El Demonio de la Navidad
Los habitantes se vestían con pieles y huesos de animales, teñían sus caras con carbón a finales de otoño. Se reunían alrededor de hogueras con el objetivo de asustar a los demonios del invierno. Esta costumbre fue perseguida por la iglesia católica durante años.
Por AGENCIAS