La modelo Nyakim Gatwech, de refugiada a ‘Queen of Dark’: «Me han dicho muchas veces que blanquee mi piel»
Internacional.- Desde que era pequeña, e incluso estando en un campo de refugiados en Etiopía, Nyakim Gatwech soñaba con ser modelo. Por aquel entonces no tenía mucho acceso a la ropa, pero hay algo en ella, que siempre le atrajo. A los 14 años migró con su familia, oriunda de Sudán del Sur, a Buffalo (Estados Unidos), y más tarde se volvieron a mudar, esta vez a Minnesota.
A los 18 comenzó sus andadas en el mundo del modelaje y, pese a los constantes rechazos y el racismo que sufría por el oscuro color de su piel, acabó cumpliendo con su objetivo.
Ahora es una de las modelos internacionales más reconocidas y, lo que en un primer momento parecía un obstáculo, su piel, se ha convertido en su seña de identidad.
Se ha ganado el apodo de Queen of Dark (reina de la oscuridad) y es todo un ejemplo de autoaceptación. Ha roto las barreras del modelaje y ha cambiado los cánones de belleza impuestos en la sociedad occidental, demostrando que todo tipo de cuerpos y pieles son hermosos.
Pero el camino no ha sido nada fácil. Nyakim Gatwech no solo tuvo que adaptarse a una sociedad diferente cuando llegó a EEUU, sino que el constante colorismo y acoso que vivió de joven le hizo dudar de sí misma y rechazar el color de su piel.
«Recuerdo cuando usaba cuellos de tortuga y me aseguraba de estar cubierta hasta los pies para que la gente no pudiera ver el color de mi piel. Me ponía la base más brillante que jamás hayas visto porque no quería que la gente supiera que soy tan oscura», relata en conversación con Enclave ODS.
Por eso está tan feliz de presentar su primera colección —que salió a la venta el pasado 5 de septiembre—, que ha creado en colaboración con la marca de lencería Hunkemöller. Consciente de la gran variedad de cuerpos, Gatwech ha creado diseños muy diferentes que abarcan desde la talla XS a la XXXL.
Una colección de lencería caracterizada por la explosión de colores, incluyendo esos que en su momento le dijeron que no le quedaban bien por su tono de piel. «¡Estoy demostrando que las mujeres de piel oscura se ven bien en todo! Todo el proceso de creación de la colección me demostró que puedo soñar y que debo seguir soñando aún más».
Su objetivo principal es empoderar a las mujeres y que se amen a sí mismas, como Gatwech ha conseguido hacer con su cuerpo. «Soy muy fan de la lencería. ¡Me gusta estar en bragas y sostén como el 99% del tiempo! Lo amo porque me llevó mucho tiempo llegar a ese punto en el que realmente amaba mi piel y mi cuerpo», explica.
Además, su trabajo con Hunkemöller cobra especial importancia porque ella es un ejemplo de transgresión de los estándares establecidos por la sociedad y, en este caso, por la moda.
«Es un reflejo directo de una mujer que encontró poder en su belleza poco convencional. Hay tantas mujeres que no creen que son hermosas debido a las preferencias de otras personas o los estándares de los medios… ¡Estoy aquí para recordarles que son fabulosas!», comenta optimista.
Y añade: «La colección muestra a mí yo actual y de la joven que vive dentro de mí. La niña que ni siquiera tenía acceso a la ropa interior, así que estar en un lugar donde puedo diseñar una colección completa basada en mi propia idea de belleza y sensualidad, supone cerrar un círculo para mí».
Aunque ahora sea conocida (y reconocida) por el color oscuro de su piel, la realidad es que más de una vez llegó a pensar en blanqueársela, una técnica dañina para la dermis, pero que, como ella misma afirma, todavía es muy habitual en la industria del modelaje. «Me han dicho tantas veces que me blanquee la piel… Es agotador».
A diferencia de ellas, otras modelos aceptaron pasar por ese proceso, por miedo a perder campañas y trabajos. «He escuchado historias horribles sobre cómo se ha presionado a las modelos para que se aclararan la piel. Muchas veces hablamos de esto en el set y están arrepentidas. En realidad admiran que no haya sido víctima de la decoloración de la piel».
El colorismo no se trata de un problema exclusivo del mundo de la moda. Como cuenta Gatwech, hay muchas personas negras o racializadas que se aclaran la piel para intentar encajar en los cánones de belleza occidentales y ganarse la aceptación social. «El mundo nos ha condicionado para creer que nuestro aspecto natural no es aceptable», sostiene.
Ella misma sufrió un fuerte racismo al llegar a Estados Unidos. «Estaba emocionada de comenzar la escuela, de ser normal: tener un hogar y hacer amigos. Pero eso no es lo que Buffalo me dio. Buffalo me dio el lado duro de EEUU: racismo, colorismo y acoso escolar», declara tajante.
Soportar ese rechazo constante fue haciendo mella en Gatwech, por lo que su madre tomó la decisión de mudarse. Se enteraron de que en Minnesota existía una amplia población de sudaneses (país del que son originarios sus padres) y se trasladaron allí con la esperanza de encontrar un espacio en el que ser aceptados. La llegada a ese estado del medio oeste supuso un soplo de aire fresco para ella, pero la idea de aclararse la piel seguía rondando en su cabeza.
«Cuando era más joven pensaba que era algo que necesitaba, no solo para lograr mi sueño, sino también para tener confianza en mí misma y una vida mejor en general. Incluso las personas que pensé que eran amigas me decían cosas como que sería más bonita si fuera más blanca», recuerda.
Por suerte para ella, contaba con la experiencia de su hermana, que se había blanqueado la piel. Ver que ella seguía siendo insegura y no se sentía diferente, le hizo pensar que quizá la solución no estaba en cambiar el exterior. «Ella tenía todavía los mismos problemas internos porque su piel no era el problema», indica.
Así, poco a poco Gatwech fue respetándose más a sí misma y, a medida que experimentaba ese cambio interno, su carrera como modelo iba despegando.
En la actualidad, proclamada ya como la reina de la oscuridad, sigue luchando por la igualdad y contra el racismo. Además, no se olvida de sus orígenes en el campo de refugiados de Dima y ha fundado Balangnyal Foundation, una organización sin ánimo de lucro cuyo primer proyecto es donar 10.000 prendas interiores a las niñas de Etiopía.
«Iré a Etiopía el día 15 para supervisar todo y asegurarme de que todo funcione sin problemas. El objetivo es seguir recibiendo productos de higiene, desodorante, jabón, tampones y compresas, productos esenciales para niñas y mujeres, pero a los que no tienen acceso. No pude tener esas cosas mientras crecía, así que ahora que estoy en condiciones de cambiar las cosas que voy a hacer», sentencia.