Más de 60 días sin sol: La historia detrás de la noche polar en Barrow, Alaska

Más de 60 días sin sol: La historia detrás de la noche polar en Barrow, Alaska

Así es la increíble experiencia de vivir en Barrow.

Internacional.- Imagínate vivir en un lugar donde el sol no se pone durante dos meses enteros. Esto puede parecer una escena sacada de una película de ciencia ficción, pero es la realidad para los residentes de Barrow, Alaska. Este pequeño y remoto pueblo, ahora conocido como Utqiaġvik, ofrece una de las experiencias más fascinantes y surrealistas del planeta: el sol de medianoche.

Barrow, ubicado en el extremo norte de Alaska, más allá del Círculo Polar Ártico, experimenta un fenómeno conocido como el sol de medianoche. Desde finales de mayo hasta finales de julio, el sol no se pone en absoluto, manteniendo el cielo iluminado las 24 horas del día. Este fenómeno se debe a la inclinación del eje de la Tierra y su órbita alrededor del sol, lo que permite que los habitantes disfruten de días interminables durante el verano.

Esta perpetua luz solar afecta profundamente la vida diaria en Barrow. Los ritmos circadianos de los residentes se ven alterados, y la noción de día y noche se difumina. Las cortinas oscuras se convierten en un artículo esencial en los hogares para aquellos que desean dormir, mientras que otros aprovechan la constante luz diurna para disfrutar de actividades al aire libre y socializar sin las limitaciones del tiempo.

Sin embargo, la experiencia no está exenta de desafíos. La constante luz puede causar insomnio y desorientación para quienes no están acostumbrados a ella. Además, la ausencia de un ciclo de noche natural puede afectar el bienestar psicológico de algunas personas, creando una sensación de temporalidad distorsionada.

Pero la vida en Barrow no solo está marcada por estos largos días de verano. A partir de finales de noviembre, el sol desaparece por completo, dando paso a la noche polar. Durante aproximadamente dos meses, la oscuridad envuelve la región, con solo un tenue resplandor crepuscular en el horizonte al mediodía. Este contraste extremo entre la luz y la oscuridad es una parte integral de la vida en Barrow, y los residentes han aprendido a adaptarse y a encontrar belleza en ambos extremos.

Además de su peculiar ciclo de luz y oscuridad, Barrow es un lugar de rica herencia cultural. Es hogar de la comunidad Iñupiat, cuyos ancestros han habitado la región durante miles de años. La cultura y las tradiciones de los Iñupiat están profundamente entrelazadas con el entorno ártico, y su sabiduría y resiliencia son esenciales para la supervivencia en este entorno extremo.

La vida silvestre en Barrow también es una parte fascinante de su atractivo. Las vastas tundras y las heladas aguas árticas son el hogar de osos polares, caribúes, focas y una diversidad de aves migratorias. Durante los meses de verano, la región se convierte en un hervidero de actividad, con especies que aprovechan la abundancia de luz y recursos.

Vivir en Barrow, Alaska, es una experiencia que desafía la comprensión convencional del tiempo y la naturaleza. Es un lugar donde la luz y la oscuridad alcanzan sus extremos más dramáticos, y donde la adaptación humana y la conexión con la naturaleza son fundamentales. 

Para aquellos que buscan una aventura única y están dispuestos a abrazar los ritmos extremos de la naturaleza, Barrow ofrece una perspectiva verdaderamente única del mundo.

Por AGENCIAS

Redacción