“Me rechazaron como patinadora olímpica… y terminé vistiendo a las novias más famosas del mundo.”

«Desde niña soñé con el hielo. Pasaba horas entrenando para representar a Estados Unidos como patinadora artística. Pero a los 19, me dijeron que no era lo suficientemente buena. Esa frase me partió el alma. Había entrenado mi vida entera… y en un segundo, ese sueño se derrumbó. Me sentí perdida, sin rumbo, como si ya no tuviera identidad. Pero no me rendí. Me reinventé.

Empecé desde abajo como editora asistente en Vogue. Trabajé 17 años en la revista, hasta que un día, con 40 años y sin experiencia como diseñadora, decidí crear mi primer vestido de novia. ¿La razón? No encontraba ninguno que me gustara para mí. Todos decían que estaba loca por empezar tan tarde… pero yo sabía que algo dentro de mí tenía que explotar.
Con miedo, pero con visión, lancé mi primera colección. Al principio nadie creía en mí. Pero poco a poco, las novias comenzaron a enamorarse de mis diseños. Hoy he vestido a celebridades como Victoria Beckham, Ariana Grande y hasta a las Kardashian. Todo porque un día, alguien me rompió un sueño… y yo construí otro con mis propias manos.»
“El fracaso no me detuvo… me redireccionó.”
– Vera Wang