“Milagro laico» La sangre de San Genaro se volvió a licuar.
En la tarde de ayer, se repitió el milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro, venerada en la Catedral italiana de Nápoles.
El anuncio del milagro se hizo público a las 17:39 h y fue acogido entre los fieles presentes en la Capilla del Tesoro con manifestaciones de júbilo y devoción.
El prodigio de diciembre, el último de las tres ceremonias en las que se licúa la sangre tradicionalmente cada año, se conoce también como «milagro laico», porque usualmente se realiza en la Capilla del Tesoro de San Genaro.
San Genaro, patrono de Nápoles, fue obispo de Benevento. Durante la persecución contra los cristianos fue hecho prisionero junto a sus compañeros y sometido a terribles torturas. Un día, él y sus amigos fueron arrojados a los leones, pero las bestias sólo rugieron sin acercárseles.
Entonces fueron tildados de usar magia y condenados a morir decapitados cerca de Pozzuoli, donde también fueron enterrados. Esto sucedió aproximadamente en el año 305.
Las reliquias de San Genaro fueron trasladadas a diferentes lugares hasta que finalmente llegaron a Nápoles en 1497.
La sangre de San Genaro, que se conserva sólida en un relicario, se suele licuar tres veces al año: el primer domingo de mayo, el 19 de septiembre (fiesta de San Genaro) y el 16 de diciembre, en memoria del milagro producido por la intercesión de San Genaro que evitó una catástrofe tras la erupción del volcán Vesubio en 1631.
Por AGENCIAS