Silvia Pinal, la última gran diva, ahora es parte de la historia de México con un legado eterno
México.- Silvia Pinal, la última gran diva del cine, teatro y televisión mexicana; musa inspiradora, símbolo sexual, mujer emprendedora y una de las protagonistas del siglo XX, falleció la tarde de este jueves a los 93 años de edad, acompañada de su familia.
La biografía de la gran Silvia Pinal refiere que nació en Guaymas, Sonora, el 12 de septiembre de 1931. A los 13 años llegó a vivir a la Ciudad de México, “porque siempre tuvo claro que quería dedicar su vida al escenario fue empujada por su padre a estudiar una carrera seria y útil, como era en esa época, y escogió taquimecanografía y a la par de su preparación profesional como secretaria, la llevó a estudiar el bel canto con el profesor Reyes Retana”, recordó Sylvia Pasquel en ese tributo a su madre en la sala principal de Bellas Artes, en 2022.
Pinal ingresó luego a la Escuela de Arte Teatral de Bellas Artes, donde recibió clases bajo la tutela de Carlos Pellicer, Salvador Novo y Xavier Villaurrutia. Su debut en el teatro fue con la obra de William Shakespeare Sueño de una noche de verano y gracias a su simpatía obtuvo su primer trabajo en la radio en un programa de comedia.
Pasquel rememoró: “Su desempeño generó que los publicistas de la estación la recomendaran para participar en una compañía de teatro experimental que montaba la obra Los caprichos de Goya, escrita y dirigida por Rafael Banquells”.
Tras debutar en comedias radiofónicas en la estación de radio XEQ y luego de probar suerte como cantante de ópera, la novel actriz interpretó distintos papeles a principios de los años 50. Debutó en cine en 1949, con la cinta Bamba, dirigida por Miguel Contreras Torres; le siguieron El pecado de Laura, Escuela para casadas, La mujer que yo perdí y Mujer de medianoche.
En esa misma década, protagonizó la obra de teatro Celos del aire, con la compañía encabezada por Manolo Fábregas y con figuras como Carlos Cores y Carmen Montejo. También hizo Don Juan Tenorio, con el español Jorge Mistral o Historia de una escalera junto con Prudencia Griffel.
Silvia Pinal se desarrolló como actriz de diversos géneros, en distintos escenarios y con elencos de actores tanto mexicanos como extranjeros. Su versatilidad le permitió trabajar en cintas como El rey del barrio y La marca del zorrillo, al lado de Germán Valdés Tin Tan. Un rincón cerca del cielo, en la que compartió créditos con Pedro Infante, y Puerta joven, al lado de Mario Moreno Cantinflas.
A principios de la década de los 60, la artista alcanzó mayor proyección internacional al protagonizar las películas Viridiana (1961), que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes a la mejor película, y El ángel exterminador (1962), considerada una de las mejores cintas de todos los tiempos por The New York Times, dirigidas ambas por el cineasta español Luis Buñuel y coproducidas por Gustavo Alatriste.
El gobierno español la condecoró con la Orden Isabel la Católica por su contribución al mundo del cine. La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, con sede en Hollywood, la consideró una de sus integrantes por su amplia y notable trayectoria y sus aportaciones a la industria cinematográfica.
La película que la convirtió en estrella fue Un extraño en la escalera (Tulio Demicheli, 1954), junto con Arturo de Córdova, quien aprobó a Pinal para que fuera su coestelar y después con el mismo actor filmó El hombre que me gusta, con la dirección de Demicheli, en 1958.
En El inocente, emblemática cinta con Pedro Infante, Pinal volvió a demostrar su talento junto al ídolo sinaloense; también se recuerda la película junto a quien fue su esposo, Enrique Guzmán, en ¡Cómo hay gente sinvergüenza!, de René Cardona Jr; además ambos estuvieron en el programa de variedades Silvia y Enrique, el cual duró cuatro años.
Fue pionera de teatro musical en México; en 1958, participó en Ring, ring llama el amor, que se presentó en el teatro del Bosque, montaje al que le siguieron los papeles protagónicos en Mame, Hello, Dolly, La jaula de las locas y Gipsy, en la cual actuó al lado de su hija Alejandra Guzmán.
La actriz y productora ha sido califiada de visionaria, prolífica y generosa; además de su profesionalismo, disciplina y gran capacidad de trabajo, siempre buscó reinventarse y actualizarse. Ahora dejó un gran legado artístico, cultural y como mujer emprendedora, pues siempre buscó nuevos proyectos e impulsó formatos y esquemas de trabajo, tanto en teatro como en televisión.
Los esposos de la diva fueron Rafael Banquells, Gustavo Alatriste, Enrique Guzmán y Tulio Hernández Gómez, mientras un duro golpe que la cimbró y del que nunca se repuso del todo fue el fallecimiento de su hija Viridiana Alatriste, a los 19 años de edad.
En años recientes, la actriz salió adelante cual guerrera de diversos problemas de salud; se sobrepuso al contagio de covid-19, a una cirugía de cadera, problemas de presión, arritmias cardiacas, influenza hasta requerir lavados quirúrgicos para tratar una llaga en la parte baja de la espalda.
Tras darse a conocer la triste noticia, durante la sesión en el Senado de la República, la actriz y productora recibió un minuto de silencio y luego de aplausos, con los cuales los legisladores rindieron homenaje a la diva del cine nacional. Pinal fue senadora de 1997 a 2000.
La Secretaría de Cultura del Gobierno Federal, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes, confirmó el homenaje a la artista que se realizará en fecha por acordar con sus familiares.
Sus restos fueron trasladados a la funeraria J. García López del sur de la ciudad.
Ahora, la musa y leyenda subió al pedestal de la inmortalidad.
Por AGENCIAS