Tormentas, inundaciones y flujos de lodo: El mito de la serpiente de agua
En las zonas montañosas del Pacífico mexicano, en los estados de Guerrero y Oaxaca, persisten mitos que datan de la época prehispánica, especialmente entre las personas mayores. En estos relatos, destacan historias intrigantes sobre una gigantesca serpiente que, según se dice, vive enroscada bajo la tierra, en las cimas de las montañas, oculta entre grandes rocas. Este mito, documentado en diversos códices oaxaqueños (Códice de Baranda), se ha transmitido desde tiempos prehispánicos y sigue vigente hoy en día.
Algunas versiones del mito hablan de una enorme serpiente con cuernos que provoca intensas lluvias. Se dice que desciende de las nubes y desata tormentas feroces. Para calmarla, algunos mixes todavía queman copal y sal (Hermann, M. 2010). Otra leyenda cuenta la historia de una serpiente de agua que inunda un pueblo. También se observa en un códice (Rollo de Selden) cómo dos héroes decapitan a una gigantesca víbora, aparentemente para evitar una catástrofe provocada por lluvias torrenciales.
Otra leyenda narra el enfrentamiento entre una malvada serpiente y el dios del rayo, quien es visto como un ser benevolente. La serpiente intenta inundar el mundo atrayendo el mar hacia la tierra, pero el dios del rayo lo impide, devolviendo el agua al océano.
En algunas versiones, la serpiente es valorada porque atrae el agua, lo cual es crucial en estas comunidades donde el clima es cálido y subhúmedo, y las lluvias a veces escasean en verano. Gracias a ella, las cosechas pueden ser más abundantes. En una historia, se cuenta que un pueblo envió a sus mejores hechiceros a buscar a la serpiente para llevarla a su comunidad.
Se dice que en ocasiones, la serpiente baja al mar o se desplaza a otros lugares, creando enormes tormentas que le permiten volar. Estas tormentas ablandan la tierra, y al moverse, la serpiente deja huellas características en el lodo de las montañas. La culebra de agua baja de la montaña.
Es asombroso cómo estas comunidades han interpretado y siguen interpretando los peligros naturales que enfrentan y que «no son nuevos en la región». Tormentas, inundaciones y flujos de lodo que muestran las marcas que la serpiente deja al arrastrarse por la montaña.
Por AGENCIAS