Carney a Trump: “Canadá no se vende, ni ahora ni nunca”

WASHINGTON .– “Canadá no está en venta”, sentenció con firmeza el primer ministro canadiense, Mark Carney, durante su visita a la Casa Blanca, en respuesta a un comentario irónico del expresidente Donald Trump, quien no tardó en replicar con una sonrisa: “Nunca digas nunca”.
El encuentro entre ambos líderes, celebrado en el Despacho Oval, rápidamente pasó de lo cordial a lo tenso. Trump insistió en su vieja idea de que Canadá podría integrarse como el estado 51 de la Unión Americana. “Sigo creyendo en eso. Se necesitan dos para bailar tango, pero les convendría a los canadienses: obtendrían grandes recortes fiscales, ventajas militares y un mejor sistema de salud… sería un matrimonio maravilloso”, dijo el exmandatario estadounidense.
Carney no tardó en intervenir, tajante ante los medios presentes: “Hay lugares que no están ni estarán jamás en venta. Hace poco estuve con los verdaderos dueños —los ciudadanos canadienses— y puedo decirlo claramente: Canadá no está en venta”.
Pese a la declaración del primer ministro, Trump volvió a su estilo provocador: “Eso es cierto… pero nunca digas nunca”, y acto seguido, bromeó sobre su experiencia como empresario inmobiliario: “En bienes raíces, soy una persona artística”.
Aunque ambos intentaron presentar el encuentro como “amistoso”, la conversación se fue endureciendo conforme los reporteros abordaron temas sensibles, como los aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos al acero, aluminio y automóviles canadienses.
“Estados Unidos sólo tiene un 4% de relaciones comerciales con Canadá; para ellos es al revés, ellos son los grandes beneficiarios”, afirmó Trump, al justificar las medidas proteccionistas.
Cuando se le preguntó si había considerado reducir las tarifas en su charla con Carney, el magnate fue categórico: “Nada de lo que me diga cambiará el nivel de los aranceles, porque así es”.
Por su parte, el primer ministro canadiense trató de calmar los ánimos al recordar que Canadá es el mayor cliente de Estados Unidos, y que las negociaciones requieren tiempo y paciencia.
Pero Trump no cedió. “Esto es muy amistoso, pero queremos fabricar nuestros propios automóviles. No necesitamos acero ni aluminio canadiense… ni muchas otras cosas, porque las vamos a producir aquí”, concluyó antes de dar por terminada la sesión.
Por AGENCIAS